A veces la gente me pregunta cuánto ha cambiado mi vida desde que medito. O si me siento más calmado o en paz, o cosas así. Antes solía responder que sí, que claro, que la meditación había cambiado completamente mi vida, que ahora no me enfadaba por nada y que todo era estupendo. Supongo que debía de sonar como este tipo. Si enfocas la meditación así, es como si fuese otro tipo de terapia. Como ir al psicólogo, o algo así. Cambias las cosas que no funcionan para resolver un problema.
Entonces empecé a darme cuenta de algo curioso. A pesar de que afirmaba con orgullo que ya no me enfadaba nada, eso no era verdad. Había cosas que me molestaban. Otras me ponían triste. Y claro, no se me notaba mucho (y asumía que eso era parte de la meditación) pero estaba ahí. Intenté echarle la culpa a los períodos en los que no meditaba: "Tengo que meditar más", me recordaba. Pero incluso cuando meditaba dos horas al día como un reloj, me seguían pasando estas cosas.
Entonces, ¿de qué coño sirve esto?
La historia es que todo eso está mal enfocado. La meditación no es terapia. La meditación no te cambia y te hace estar tranquilo siempre y que nada te moleste. Puede afectarte de esa manera, y ciertamente hay gente como el señor del vídeo que lo enfocan así. Pero la meditación apunta a otra cosa.
Puedes tirarte media vida intentando controlar tus brotes de ira. Puedes intentar superar tus miedos. Puedes resolver tus traumas. Pero lo más probable es que te mueras a medio camino. Somos muy complejos, y estamos muy jodidos. Así que intentar resolver todos los problemas es poco eficiente.
El truco está en asumir que esas cosas van a pasar. Vamos a seguir enfadándonos. Las serpientes van a seguir dándome miedo. Seguiré teniendo un trauma con las alturas. Pero al meditar aprendemos qué cojones pasa en nuestras cabecitas cuando todo eso ocurre. Nos familiarizamos con los procesos mentales, y eso te permite relacionarte con el mundo de otra manera. Puedes estar enfadado, pero actuar como si no lo estuvieses. Parece complicado, ¿eh? Pero es lo que pasa.
Así que sí, la meditación me ayuda. Ya no me acuerdo de cómo era antes y si me enfadaba más o menos, o me ponía más o menos triste. Aunque sospecho que la meditación tiene efectos colaterales y te vuelve algo más tranquilo y calmado. Pero eso es lo de menos. Lo importante es que la meditación me ayuda a enfrentarme a mi vida, día a día, pase lo que pase.