La práctica de la verdadera realidad consiste sencillamente en sentarse serenamente en silenciosa introspección. Cuando has entendido esto las causas y condiciones externas no pueden hacerte girar. Esta mente, vacía y totalmente abierta, ilumina correcta y sutilmente. Espacioso y contento, sin dejarte confundir por pensamientos interiores de apego, supera efectivamente tu comportamiento habitual y date cuenta del ser que no es poseído por las emociones.
Debes ser tolerante, íntegro y no depender de otros. Tal espíritu honrado e independiente puede empezar a evitar situaciones degradantes. Aquí puedes descansar y ser limpio, puro y lúcido. Brillante y penetrante, vuelves inmediatamente, te adaptas y respondes y te ocupas de las cosas.
Todo está libre de obstáculos: las nubes flotan graciosamente hacia las cimas, la parpadeante luz de la luna se desliza por los arroyos de la montaña. Todo el lugar es iluminado brillantemente y transformado espiritualmente, totalmente libre y manifestando una clara y sensible interacción, como la caja y la tapa o el encuentro de las puntas de flecha.
Continúa, cultívate y nútrete para poder promulgar madurez y obtener estabilidad. Si te adaptas en todo lugar con una meticulosa claridad y eliminas los bordes afilados sin depender de doctrinas, como el toro blanco o el gato salvaje (ayudando a suscitar asombro), entonces se te puede llamar una persona completa.
Entonces así es como actúa alguien en el camino de la no-mente, pero antes de realizar la no-mente todavía tenemos grandes dificultades.
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