Hace unos días decidí volver a estudiar con Gotama, así que de vuelta a los suttas. Quiero profundizar en lo que realmente dijo (o lo que queda de lo que realmente dijo) Gotama, analizar los conceptos, practicarlos, y, de alguna manera, guiarme. ¿Qué conceptos necesito para liberarme del condicionamiento? ¿Cuáles son superfluos? ¿Cómo se hace todo esto? En los suttas se encuentra una enseñanza muy detallada que puede ayudarme bastante...o pueden llenarme la cabeza de pájaros.
Iré escribiendo sobre los que voy leyendo en Bosque Theravada, por si queréis leerlo.
Coincidiendo con esta vuelta, durante las sentadas me voy a centrar en el estudio de los jhanas, estados meditativos formulados por Gotama a modo de "postes" que indican que vas por el buen camino. Las últimas sentadas han ido bastante bien en este aspecto, pero queda mucho por profundizar...
Os dejo la formulación clásica de los jhanas, que es con lo que voy a trabajar:
Iré escribiendo sobre los que voy leyendo en Bosque Theravada, por si queréis leerlo.
Coincidiendo con esta vuelta, durante las sentadas me voy a centrar en el estudio de los jhanas, estados meditativos formulados por Gotama a modo de "postes" que indican que vas por el buen camino. Las últimas sentadas han ido bastante bien en este aspecto, pero queda mucho por profundizar...
Os dejo la formulación clásica de los jhanas, que es con lo que voy a trabajar:
Y estando así, separado de la sensualidad, separado de los insanos estados mentales, él entra y permanece en el primer jhana, acompañado con el pensamiento inicial y analítico, lleno de arrobamiento y placer, nacidos de la reclusión. Y todo su cuerpo está impregnado, bañado y colmado de este arrobamiento y placer nacidos de la reclusión, de manera tal que no queda lugar alguno en todo su cuerpo, que no fuera impregnado por el arrobamiento y placer, nacidos de la reclusión.
Y otra vez, el monje, apaciguando el pensamiento inicial y analítico, logrando la calma mental y la unificación de la mente, entra y permanece en el segundo jhana. Lleno de arrobamiento y placer nacidos de la reclusión y libre del pensamiento inicial y analítico. Todo su cuerpo está impregnado, bañado y colmado de este arrobamiento y placer nacidos de la reclusión, de manera tal que no queda lugar alguno en todo su cuerpo, que no fuera impregnado por el arrobamiento y placer, nacidos de la reclusión.
Y otra vez, el monje, al extinguirse el arrobamiento, permanece ecuánime, con atención consciente y clara comprensión, sensible a la sensación del placer, del cual los Nobles declararon que “Feliz es aquel que mora en la ecuanimidad y en la atención consciente” y, de esta manera, entra y permanece en el tercer jhana. Todo su cuerpo está impregnado, bañado y colmado de este placer despojado del arrobamiento.
Y otra vez, el monje, al abandonar tanto el placer como la pena –con la anterior desaparición de las alegrías y las tristezas- entra y permanece en el cuarto jhana, el cual va más allá de los placeres y las penas, purificado con la ecuanimidad y atención consciente. Impregna su cuerpo con la pureza mental y clara conciencia de manera tal, que no queda lugar alguno en todo su cuerpo, que no fuera impregnado por esta ecuanimidad y clara conciencia.
Y otra vez, el monje, apaciguando el pensamiento inicial y analítico, logrando la calma mental y la unificación de la mente, entra y permanece en el segundo jhana. Lleno de arrobamiento y placer nacidos de la reclusión y libre del pensamiento inicial y analítico. Todo su cuerpo está impregnado, bañado y colmado de este arrobamiento y placer nacidos de la reclusión, de manera tal que no queda lugar alguno en todo su cuerpo, que no fuera impregnado por el arrobamiento y placer, nacidos de la reclusión.
Y otra vez, el monje, al extinguirse el arrobamiento, permanece ecuánime, con atención consciente y clara comprensión, sensible a la sensación del placer, del cual los Nobles declararon que “Feliz es aquel que mora en la ecuanimidad y en la atención consciente” y, de esta manera, entra y permanece en el tercer jhana. Todo su cuerpo está impregnado, bañado y colmado de este placer despojado del arrobamiento.
Y otra vez, el monje, al abandonar tanto el placer como la pena –con la anterior desaparición de las alegrías y las tristezas- entra y permanece en el cuarto jhana, el cual va más allá de los placeres y las penas, purificado con la ecuanimidad y atención consciente. Impregna su cuerpo con la pureza mental y clara conciencia de manera tal, que no queda lugar alguno en todo su cuerpo, que no fuera impregnado por esta ecuanimidad y clara conciencia.
PD: el martes me voy de retiro con Ajahn Abhinando, hasta el domingo, lo cual hace ya un año de blog...
Casualmente yo me encuentro en la misma situación que tú de querer volver a los suttas como fuente principal de las enseñanzas de Gotama. Tantos comentarios por ahí, tantos puntos de vista de lo que dijo o no quiso decir el Buda me tienen cansado, aparte de confundido.
ResponderEliminarQue tengas un retiro muy fructífero. Esperaré a tu vuelta para ver qué tienes que contarnos ;)
Si queremos el budismo verdadero o tambien llamado budismo pragmático, nos esforzaremos por practicar los Jhanas diligentemente.
ResponderEliminarMantengo los conceptos del Dhamma y kamma, asi como el samsara (renacimiento) aunque esto último no es comprobable y se basa en fe y puede ser un incorrecto punto de vista, asi como creer en un ente omnipotente Dios en sanscrito (Kárta). Yo practico los jhanas, pero no si eso va por niveles, pero he logtado un estado de gran concentración y disminución de los Kleshas (dolor, sufrimiento) pero tengo muchos condicionamientos y apego. Basicamente me acerque al budismo y a practicar jhanas ya que garantizan un renacimimiento superior en Brahma mundos que es a lo que aspiro. (esto en sentido religioso-místico) pero la verdadera razón digamos pas coherente es la disminución del sufrimiento mental que es a lo que realmente se aspira, al cese del sufrimiento sin creencias ni dogmas extraños simplemente la meta del Nibbana, acabar con el dolor. En fin manos a la obra, un saludo Pablo y que la práctica te sea auspiciosa.