Acabo de volver de una semanita de vacaciones (últimamente, vuelvo muchas veces) y como no me apetece escribir sobre el retiro (un día de estos caerá) os pongo otra anécdota divertida y hablando de guarradas, porque sé que os gusta (pero espero no herir la sensibilidad de nadie).
Durante otra sesión de preguntas y respuestas, Ajahn Abhinando leyó una pregunta que le habían hecho: "¿Cómo tratas con la tensión sexual?". Después de contarnos sus impresiones sobre el tema, nos dijo que Ajahn Chah (sí, el mismo) había tenido muchos problemas con el deseo sexual. Y por muchos me refiero a que el pobre monje tenía erecciones que le duraban horas. Y el roce de los hábitos con el cuerpo no ayudaba. Ah, el celibato.
Como un monje no puede realizar ninguna actividad para relajar la tensión sexual, Ajahn Chah fue creativo. Iba a lo más profundo de la selva, donde nadie pudiese verle y allí practicaba meditación caminando durante horas. Desnudo. Hasta que el problema se solucionaba. Si eso no es determinación, que baje Gotama y lo vea.
Supongo que para aquellos que no sepan nada de monjes budistas, esta anécdota puede resultar chocante, pero a mí me hace mucha gracia. Ver que maestros tan grandes como Ajahn Chah también pasaron sus penalidades te hace enfocar todo esto con más optimismo. Aunque, claro, yo no tengo ese problema...
Durante otra sesión de preguntas y respuestas, Ajahn Abhinando leyó una pregunta que le habían hecho: "¿Cómo tratas con la tensión sexual?". Después de contarnos sus impresiones sobre el tema, nos dijo que Ajahn Chah (sí, el mismo) había tenido muchos problemas con el deseo sexual. Y por muchos me refiero a que el pobre monje tenía erecciones que le duraban horas. Y el roce de los hábitos con el cuerpo no ayudaba. Ah, el celibato.
Como un monje no puede realizar ninguna actividad para relajar la tensión sexual, Ajahn Chah fue creativo. Iba a lo más profundo de la selva, donde nadie pudiese verle y allí practicaba meditación caminando durante horas. Desnudo. Hasta que el problema se solucionaba. Si eso no es determinación, que baje Gotama y lo vea.
Supongo que para aquellos que no sepan nada de monjes budistas, esta anécdota puede resultar chocante, pero a mí me hace mucha gracia. Ver que maestros tan grandes como Ajahn Chah también pasaron sus penalidades te hace enfocar todo esto con más optimismo. Aunque, claro, yo no tengo ese problema...
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