viernes, 20 de noviembre de 2009

El momento después

Uno de los momentos más chulos de la meditación es cuando acabas. Dejas de pensar en el tiempo, en lo que falta, en jhanas, en Nibbana, y te das cuenta de que llevas una hora sentado casi sin moverte, que el dolor de las rodillas no es para tanto, y que las manos se sienten raras cuando hace tiempo que no las mueves.

Abres los ojos y ves que ha anochecido mientras estabas meditando, y sonríes como si nada más importase en el mundo.

Luego te levantas y, tarde o temprano, vuelves a la vida normal, pero otra vez vuelves a sentarte y ahí está, de nuevo, el momento después.

Buena sentada.

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