miércoles, 13 de junio de 2012

El ataque de los ermitaños chinos

La canción de la ermita de techo de hierba
Shitou Xiqian (700-790)

He construido una cabaña de hierba donde no hay nada de valor.
Después de comer, me relajo y disfruto de la siesta.
Cuando se completó, aparecieron hierbajos vigorosos.
Ahora ha sido habitada, cubierta por los hierbajos.


La persona de la cabaña vive aquí en calma,
sin ceñirse al interior, exterior o a lo que hay entre medias.
Los lugares que la gente mundana habita, él no los habita.
Los mundos que la gente mundana ama, él no los ama.


Aunque la cabaña es pequeña, incluye el mundo entero.
En un metro cuadrado, un anciano ilumina las formas y su naturaleza.
Un bodhisattva del Gran Vehículo confía sin duda.
La persona normal o vulgar no puede evitar preguntarse:
¿Perecerá esta cabaña o no?


Perecedera o no, el maestro original está presente,
sin permanecer en el sur o en el norte, en el este o el oeste.
Basado con firmeza en la estabilidad, no puede ser superado.
Una ventana brillante bajo los verdes pinos...
Ni palacios de jade ni torres de bermellón pueden compararse con eso.


Simplemente sentado con la cabeza cubierta, todas las cosas descansan.
Así, este monje de montaña no entiende nada de nada.
Viviendo aquí, ya no trabaja para liberarse.
¿Quién organizaría asientos con orgullo, intentando atraer invitados?


Gira la luz para que brille en el interior, y luego simplemente vuelve.
No se puede encarar ni apartarse de la fuente vasta e inconcebible.
Conoce a los maestros ancestrales, familiarízate con su instrucción,
ata hierba para construir una cabaña, y no te rindas.


Deja ir cientos de años y relájate por completo.
Abre las manos y camina, inocente.
Miles de palabras, miríadas de interpretaciones,
solo sirven para liberarte de tus obstrucciones. 
Si quieres conocer al inmortal de la cabaña, 
no te separes de esta bolsa de piel, aquí y ahora.

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