viernes, 4 de septiembre de 2009

Respirando


Estoy cómodo en mi meditación sentada, respirando. Como las olas, subiendo y bajando, así sube y baja el aire por mi cuerpo. Inspiro, espiro. Inspiro, espiro. Qué agradable. Me distraigo. Vuelvo a prestar atención a la respiración. Inspiro, espiro. Mi hermano pone música. La escucho, y me olvido de la respiración. Vuelvo a ella, sin juzgar. Está todo bien. Inspiro, espiro. Inspiro, espiro. Mi hermano sigue con la música, yo sigo con la respiración. Pienso en escribir esta entrada. Me recreo en lo poético que voy a ser. Vuelvo a la respiración. Me río de mi inconstancia. Me impaciento por levantarme y escribir. Deseo mirar el reloj. Me fuerzo a no hacerlo. Inspiro, espiro. El culo se ha dormido y el tobillo izquierdo empieza a doler. Vuelvo a pensar en el blog, vuelvo a pensar en el reloj. ¿Cuánto faltará? Cuento los minutos que faltan, usando las canciones que he escuchado a mi hermano. Deben quedarme apenas 5 minutos. Pronto escribiré en el blog. Vuelvo a la respiración. Inspiro, espiro. Inspiro, espiro. Me desconcentro, parece que quedan más de 5 minutos. Vuelvo a pensar en el reloj, y ya van tres. El tobillo sigue doliendo. La espalda un poco también. Miro el reloj. Quedan 9 minutos. Le doy al botón. Click. El contador vuelve a 60. Me levanto, y recuerdo la respiración. Inspiro, espiro. Escribo.

Mucho por aprender todavía. Mucho por caminar, pero el camino es agradable. Dejo que las olas se me lleven...poco...a poco...

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