
¿Está el tesoro debajo? ¿Quién sabe? La única manera que tienes de saberlo es seguir cavando. A veces te encuentras monedas, sí. De oro, incluso. A veces piensas que son el tesoro y te olvidas de seguir cavando. Otras veces solo hacen que caves con más fuerza. A lo mejor son un signo de que vas por buen camino. A lo mejor es casualidad. Tú solo sigues cavando. Solo así vas a llegar.
Desde que cavas, tu vida tiene sentido. Aunque ya no te importe que lo tenga. Pero lo tiene. Además, te has dado cuenta de que eres más paciente, y de que ya no te enfadas cuando la gente te pregunta "¿Por qué cavas?". Te tomas tus descansos para invitar a los visitantes a un té, y ves unos bonitos atardeceres. Sí, la vida es bella, pero, ¿queda mucho?
Tú sigue cavando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario