
viernes, 31 de diciembre de 2010
Distintos enfoques

domingo, 5 de diciembre de 2010
Cómo meditar
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Tímido
* Hongzhi habla en lenguaje código Ch'an. Para entenderle hay que meditar. O saber chino. O las dos.
domingo, 28 de noviembre de 2010
El sonido del silencio
miércoles, 17 de noviembre de 2010
No se va a poner de color de rosas
domingo, 14 de noviembre de 2010
Sueño
miércoles, 6 de octubre de 2010
Buddhadasa, gallos y mosquitos
domingo, 19 de septiembre de 2010
No Impact Man
martes, 7 de septiembre de 2010
Más retiro
Durante otra sesión de preguntas y respuestas, Ajahn Abhinando leyó una pregunta que le habían hecho: "¿Cómo tratas con la tensión sexual?". Después de contarnos sus impresiones sobre el tema, nos dijo que Ajahn Chah (sí, el mismo) había tenido muchos problemas con el deseo sexual. Y por muchos me refiero a que el pobre monje tenía erecciones que le duraban horas. Y el roce de los hábitos con el cuerpo no ayudaba. Ah, el celibato.
Como un monje no puede realizar ninguna actividad para relajar la tensión sexual, Ajahn Chah fue creativo. Iba a lo más profundo de la selva, donde nadie pudiese verle y allí practicaba meditación caminando durante horas. Desnudo. Hasta que el problema se solucionaba. Si eso no es determinación, que baje Gotama y lo vea.
Supongo que para aquellos que no sepan nada de monjes budistas, esta anécdota puede resultar chocante, pero a mí me hace mucha gracia. Ver que maestros tan grandes como Ajahn Chah también pasaron sus penalidades te hace enfocar todo esto con más optimismo. Aunque, claro, yo no tengo ese problema...
lunes, 30 de agosto de 2010
Vuelta de retiro: la diferencia entre el zen y el Theravada
Durante una sesión de preguntas y respuestas, a Ajahn Abhinando le preguntaron cuál era la diferencia entre el Zen y el Theravada. Para responder, nos contó una historia sobre el gran maestro zen Taisen Deshimaru:
Cuando ya era mayor, llamaron a Taisen Deshimaru de vuelta a Japón, para asisitir a una ceremonia en su honor por su papel en la propagación del zen por Europa. Como gran maestro, se esperaba de él que estuviese sentado en zazen durante un largo período de tiempo.
Ahora bien, Deshimaru ya era un hombre mayor y tenía ciertos problemas de vejiga, con lo que tenía que ir al baño cada poco tiempo. No iba a poder aguantar sentado tanto tiempo sin tener que orinar. Así que preguntó a los organizadores del evento qué podía hacer. Ellos le respondieron: "Maestro, en Zen es muy importante seguir las formas. Si tienes que urinar, hazlo en el cojín y ya lo limpiaremos después". Así que lo hizo.
Abhinando concluyó: "La diferencia entre el Zen y el Theravada es que en el Zen, si te tienes que mear, te meas en el cojín. En el Theravada, te levantas y te vas al baño".
lunes, 23 de agosto de 2010
Jhanas
Iré escribiendo sobre los que voy leyendo en Bosque Theravada, por si queréis leerlo.
Coincidiendo con esta vuelta, durante las sentadas me voy a centrar en el estudio de los jhanas, estados meditativos formulados por Gotama a modo de "postes" que indican que vas por el buen camino. Las últimas sentadas han ido bastante bien en este aspecto, pero queda mucho por profundizar...
Os dejo la formulación clásica de los jhanas, que es con lo que voy a trabajar:
Y otra vez, el monje, apaciguando el pensamiento inicial y analítico, logrando la calma mental y la unificación de la mente, entra y permanece en el segundo jhana. Lleno de arrobamiento y placer nacidos de la reclusión y libre del pensamiento inicial y analítico. Todo su cuerpo está impregnado, bañado y colmado de este arrobamiento y placer nacidos de la reclusión, de manera tal que no queda lugar alguno en todo su cuerpo, que no fuera impregnado por el arrobamiento y placer, nacidos de la reclusión.
Y otra vez, el monje, al extinguirse el arrobamiento, permanece ecuánime, con atención consciente y clara comprensión, sensible a la sensación del placer, del cual los Nobles declararon que “Feliz es aquel que mora en la ecuanimidad y en la atención consciente” y, de esta manera, entra y permanece en el tercer jhana. Todo su cuerpo está impregnado, bañado y colmado de este placer despojado del arrobamiento.
Y otra vez, el monje, al abandonar tanto el placer como la pena –con la anterior desaparición de las alegrías y las tristezas- entra y permanece en el cuarto jhana, el cual va más allá de los placeres y las penas, purificado con la ecuanimidad y atención consciente. Impregna su cuerpo con la pureza mental y clara conciencia de manera tal, que no queda lugar alguno en todo su cuerpo, que no fuera impregnado por esta ecuanimidad y clara conciencia.
domingo, 4 de julio de 2010
El pescador y el empresario
- Buenos días. Veo que es usted pescador - le dijo el hombre - ¿Ha sido una buena pesca?
- Así es. Ahora me dirigía a mi casa para comer con mi familia y pasar tiempo con mis hijos y mi mujer, y por la noche iré al bar a pasar un rato con mis amigos y tocar la guitarra.
- Pero, ¿no va a volver a pescar hoy? - preguntó el hombre, sorprendido.
- ¿Para qué? Ya tengo lo suficiente para comer. Volveré a pescar mañana por la mañana.
- Escuche. Parece usted un buen hombre, así que le voy a dar un consejo. Resulta que tengo un máster en Economía por la Universidad de Harvard, y sé algo de manejar negocios. Si usted vuelve a salir a pescar hoy, por la tarde tendrá tres pescados más, el doble de lo que tiene ahora, y podrá venderlos en el mercado del pueblo.
- Y eso, ¿para qué? - inquirió el pescador.
- Muy sencillo. Con el dinero que obtenga de la venta, usted podrá ahorrar hasta que tenga dinero para comprarse una nueva barca, que será mucho mejor que la que tiene ahora. Eso le permitirá pescar aún más peces.
- Sí, sí, pero ¿para qué querría pescar aún más peces?
- Con más peces, ganaría más dinero, y podría contratar a otras personas para que pescasen con usted, ganando aún más dinero si cabe. Llegado un punto, podría montar una pequeña flota.
El pescador parecía confuso:
- Y, ¿para qué quiero yo una flota?
- ¿No lo entiende? Con una flota ganaría muchísimo dinero, ¡tanto que podría llegar a ser millonario! Luego, con el dinero que le sobrase, podría montar sucursales en Nueva York, Los Ángeles, Osaka...
- ¿Para qué tantas sedes?
- ¡Para ganar aún más dinero, hombre! - el economista le explicaba las cosas pacientemente, como si estuviese hablando con un niño de 5 años - Luego sacaría su empresa a Bolsa y multiplicaría su dinero, ¡llegando a ser billonario!
- Y todo eso, ¿a dónde me llevaría?
- Aquí viene lo mejor de todo: cuando ya fuese lo suficientemente rico, podría retirarse, comprar una casita en un pueblo costero, pasar tiempo con su mujer y sus hijos mientras por las noches va al bar con sus amigos. Si quiere, puede incluso tocar la guitarra - el hombre parecía muy satisfecho de su exposición.
El pescador sonrió, le dio una palmada en el hombro al economista y se fue a su casa en el pueblo costero, para pasar tiempo con su mujer e hijos, y por la noche irse al bar con sus amigos mientras tocaban la guitarra.

lunes, 31 de mayo de 2010
Biologia y budismo
Entonces, ¿qué haces, Pablo? Eso me preguntaba yo. Durante un tiempo, pasaba por etapas de mucha dedicación a la biología y otras (sobre todo verano) en las que me olvidaba de ella y me dedicaba a meditar y a practicar budismo intensamente (el resto del año también lo hacía, pero la biología solía ocupar la mayor parte de mis pensamientos). Y eso no era muy sano. Cuatro años después de empezar la carrera y de empezar a meditar, creo haber llegado a un cierto equilibrio. Creo.
Ahora la biología me sigue apasionando, pero he asumido que no podré abarcarla por completo, así que cada vez dedico menos tiempo a pensar en otras cosas fuera de mi especialidad, que es a la que me voy a dedicar. La biología pasa a ser un trabajo: uno que me gusta mucho, pero un trabajo al fin y al cabo. Y, así, deja hueco para el resto de mi vida, que incluye meditar y también las relaciones sociales, la lectura, las artes marciales, y un no muy largo etcétera.
He llegado a esta situación por varios factores, entre ellos que quería vivir más pausadamente y que la angustia por hacerlo todo y ya y porque la ciencia es inabarcable me acabaron cansando. A veces me da pereza la idea de trabajar de biólogo y ahora incluso me planteo trabajar de otra cosa...pero es tontería, porque cualquier trabajo tendrá algún problema u otro. No se puede huir de ello.
Y así estoy. No sé si es buena solución o no, eso ya lo veré. Pero esto cambia continuamente y quién sabe lo que me depara el futuro...
lunes, 24 de mayo de 2010
El final de LOST
Para los que no la conozáis, LOST trata sobre un grupo de personas cuyo avión se estrella en una isla perdida en mitad del Pacífico. La serie explora las circunstancias que los rodean, los misterios de la isla, mitología variada...pero, sobre todo, es una historia sobre el sufrimiento humano y cómo dejarlo ir. En vez de centrarse en todos los interrogantes que se van planteando, vamos conociendo cada vez más a estos personajes, comprendiendo sus traumas y sus motivaciones, hasta que al final sus historias terminan hoy.
El último capítulo me ha hecho pensar sobre la muerte. La serie termina con un montón de preguntas sin responder y, sin embargo, me siento satisfecho. La vida es un poco así, como las historias: cuando se acaba, quedan muchas cosas pendientes, pero todo termina tarde o temprano. Y está bien así. Así funcionan las cosas. La muerte es tan parte de la vida como la victoria lo es de la derrota o la defensa del ataque...hay una sensación de plenitud en el final de una historia y, quizás, también lo haya al final de la vida.
martes, 4 de mayo de 2010
...
domingo, 18 de abril de 2010
¿A quién quiero salvar?
domingo, 4 de abril de 2010
Mario no golpeaba los bloques con su cabeza

viernes, 2 de abril de 2010
Kamma
domingo, 21 de febrero de 2010
Vuelta a Anapanasati

martes, 9 de febrero de 2010
Si esperas lo suficiente...
miércoles, 20 de enero de 2010
Karate Do
lunes, 11 de enero de 2010
De Zen y Theravada y cómo Ajahn Chah me sacó del aprieto
Hoy, mientras meditaba, pensé en cómo en el Theravada sí que hay un camino muy marcado (el Óctuple Noble Sendero), en el que las acciones "correctas" están bastante delimitadas. Mi preocupación vino de pensar "¿Y si me estoy equivocando? ¿Y si hay más de un camino, que me lleva a más de un sitio? ¿Y si he escogido el camino equivocado?". Y así he estado toda la sentada, hasta que me he levantado y he leído el fragmento que os puse de Ajahn Chah hace unos días. De repente, toda la ansiedad se ha esfumado.
Déjalo ir. Suéltalo. Cuando tenga que tomar una decisión, si la tomo sin miedo, sin apego, sin excusas, será "Acción Correcta". Si la mente es correcta, la decisión es correcta. Pero a cada momento, aquí, ahora. Nada de agobiarse por lo que fue o lo que será. Y, así, no hay contradicción entre Zen y Theravada, y todo lleva al mismo sitio, el sitio que parece que Ajahn Chah conocía muy bien.
No hay contradicción, y Gotama y Ajahn Chah se ríen junto a los maestros chinos.
miércoles, 6 de enero de 2010
Vaivén
No hay una espiración continua.
Ambas acaban, y ambas comienzan. Como todo lo demás, van y vienen, vienen y van.
Nada es eterno. Es solo que algunas cosas duran más que otras.
martes, 5 de enero de 2010
Ajahn Chah dice hola
Respuesta: No te preocupes de esto. Trata de mantener tu mente en el presente. Cualquier cosa que surja en tu mente, sólo obsérvala. Déjala ir. Ni siquiera desea estar libre de pensamientos. Entonces, tu mente alcanzará su estado natural. No discriminando entre lo bueno y lo malo, entre el frío y el calor o entre lo rápido y lo despacioso. No más, mío ni tuyo, ni el yo, en absoluto. Solamente observa que esto simplemente es. Cuando caminas para pedir limosnas no necesitas hacer nada especial. Simplemente camina y observa cómo es esto. No hay necesidad de apegarse al aislamiento o la reclusión. Comoquiera que seas, conócete a ti mismo siendo natural y observador. Si surgen las dudas, observa cómo van y vienen. Esto es muy simple. No esperes nada.
Es como si estuvieras caminando por una calle cuesta abajo. Periódicamente, te encontrarás con los obstáculos. Cuando encuentras los impedimentos, sólo obsérvalos y supéralos dejándolos ir. No pienses acerca de los obstáculos que ya has superado. Tampoco te preocupes acerca de aquellos que todavía no ves. Clávate en el presente. No te preocupes acerca de la longitud del camino o acerca del destino. Todo cambia. Dondequiera que pises, no te apegues a esto. Finalmente, tu mente alcanzará su balance natural, donde la práctica se vuelve automática. Todas las cosas vienen y van por sí mismas.